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En inexorable somos cuatro, Mariana Viñas, Mariana Fontán, Lucila Simari y Analía Donadío, y trabajamos juntas desde el 2014 compartiendo saberes y aportando individualidad. La cerámica es nuestra comunión sin dejar de sumar, cada una, otras técnicas y materialidades.

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28 cosas

En el año 1779 muere en París a los 80 años, el pintor Jean-Siméon Chardin. Cuando se inventariaron sus pertenencias, estas llegaban a un total de 28.
Fue un pintor reconocido, sin embargo, solo 28 cosas conformaban sus pertenencias al morir. Estas pueden verse y reconocerse en varios de sus cuadros.
¿Sería imaginable la vida hoy con esta cantidad de cosas?
Así surgió el proyecto que pusimos en marcha con el colectivo Inexorable (Mariana Viñas - Mariana Fontán - Lucila Simari - Analía Donadío).
Yo dibuje mis 28 cosas, y vos ¿Qué cosas consideras que te son imprescindibles?

Instrucciones para guardar los colores del mar en una cajita

Todavía hoy observar el mar tiene algo de especial, contemplar la misma inmensidad acuosa que habita el mundo hace millones de años. 
Queremos guardar los colores del mar en una cajita, atesorarlo todo. ¿Por dónde empezar? 
Ensayamos unas posibles instrucciones:
Siéntese, cierre los ojos, respire profundo.
Imagínese  debajo del cielo, en la orilla del mar, contémplelo.
Escuche el susurro del agua, la brisa del viento,  esté calmo.
Guarde ese momento en su memoria.
Pregúntese: ¿De qué color es mi mar?

Esta instalación evoca un ritual que todos conocemos-hacemos muchas veces a lo largo de la vida, juntarnos con familia y amigos con la excusa de una comida, la excepción argentina: el choripan.

Muchos de los elementos que constituyen lo propio, lo argentino, fueron excluidos de aquello que entendemos como “cultura seria”, noción asociada al gusto hegemónico. El chori, el tetra, el Fernet con coca, son dejados de lado por estar fuertemente ligados a la cultura popular.

El choripan espera una y otra vez el desfile de realidades que lo sobrevuelan y justifican. Entonces, El chori merece respeto. ¿Qué es necesario para elevarlo a la categoría de cultura? Tal vez inmortalizarlo en figuras de cerámica, transformarlo en una pieza de museo, una obra de arte.

Nuestra intención es reivindicar lo popular, lo realmente propio. Dejar de lado la idea de cultura como algo lejano, inalcanzable, reservado para unos pocos y entenderla como aquello que realmente constituye el ser argentino en su cotidianeidad.

Que la cultura de verdad, la nuestra, la propia, haga una avanzada sobre la otra: la seria, la distante, la importada.

Proponemos entonces, una mesa-excusa, una mesa-pretexto. Blanca, rígida, perenne, como un fósil surrealista de los rituales gastronómicos. Nuestra mesa es también una inscripción al fotógrafo de “Asado en Mendiolaza”, pero asegurando que la cena no es la última, sino una comunión de todas.

La instalación está conformada por una mesa  (tabla con caballetes) con mantel blanco hasta el piso y sobre ella, todos los implementos de una "choripaneada": pan, chorizos, vasos, jarras pingüinos, cartones de vino, sifones, cuchillas, tenedores, todo realizado en bizcocho cerámico blanco.

Materializaciones de lo inasible II

Nuestra obra pretende una reflexión sobre el tiempo, su devenir infalible
más allá de nuestra conciencia de ello.El reloj, símbolo universal para la medición del tiempo, el instrumento que nos indica cuánto ha pasado y cuánto resta aún. Nos permite tener una cuenta cabal del lapso transcurrido. Pero el tiempo pasa inexorablemente, ajeno a nuestras mediciones o intereses, pasa como el aire circula o la tierra gira a nuestros pies.Proponemos hacer visible su aparente inmaterialidad: Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan. (J.Cortázar) Expresar lo que muta y cambia. Generadoras del registro. Materializaciones de lo inasible, es una obra efímera por definición: El espacio estará ocupado por 100 baldosas de bizcocho cerámico. Al final de estas, se elevan cuatro pedestales y sobre ellos cuatro frascos de vidrio. El día uno de la instalación el primer frasco contendrá agua y un tubo de ensayo hecho en arcilla sin hornear; los otros frascos, vacíos. Con los días la arcilla irá disolviéndose en el agua. Cada día llenaremos un nuevo frasco igual que el primero, permitiendo que se vea el proceso de desintegración de las formas. Las personas que visiten la obra, leerán una invitación para acercarse a los frascos, para ello deberán caminar sobre las baldosas. Estas se romperán a la mínima presión. Nuestra propuesta comienza su materialización: un deterioro se produce por el paso de la gente; el otro es inevitable, el espectador no puede controlarlo, pero ambos transcurren: las baldosas que rompe el espectador, los frascos que no se rompen y a la vez contienen lo que se desintegra.

Materializaciones de lo inasible 

El chori merece respeto

... a través de las obras que configuran esta exposición, nos proponen distintas lecturas y escrituras, visiones obtenidas durante sus recorridos a través del flujo inexorable del tiempo. Distintas sensaciones, reflexiones y preguntas en el viaje por el “tiempo-río” que parece no tener fin. Juntas, las artistas nos interpelan: ¿Cuántas cosas pueden expresarse en un instante? ¿Cuánto tiempo subjetivo lleva recorrer un duelo? ¿Cuánto dura un sueño? ¿Cuándo y de qué modo percibimos el ineludible paso del tiempo?

Eduardo Molinari, Febrero de 2015.

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