¿Para que sirven las palabras? En este mundo globalizado de comunicación instantánea, estamos más incomunicados que nunca. Es mundo donde todos hablan y nadie escucha. Donde  las palabras se usan para silenciar realidades y anunciar mentiras.

Para los pueblos originarios “hablar de algo es invocarlo”, nombrar es llamar a que venga lo nombrado (…) El lenguaje adopta el alto encargo de ser puente con el ser, con lo inteligible del ser y, por tanto, vehículo de la verdad. Se produce una transformación del hablante por efecto de tomar conciencia de lo hablado (…)  hablar era un asunto para transformar y transformarse (…) objetivo de la existencia: despertar el ser o encender la chispa de la conciencia. Hoy tenemos lenguajes cómodos, adormecedores e hipnóticos. (Penrose, Ziley,  M.  Filosofía Mapuche, Palabras Arcaicas para Despertar el Ser. 1º ed. Chile: Kushe. 2001. p.23-27)

La crisis es el motor del pensamiento/ creación; Suely Rolnik dice que “los problemas que se presentan en un contexto singular, atraviesan nuestros cuerpos, provocando cambios en el tejido de nuestra sensibilidad y una consecuente crisis de sentido de nuestras referencias (…) pensamos/creamos porque algo de nuestra vida cotidiana, nos fuerza a inventar nuevos posibles…”

Mi punto de partida en esta acción que voy a realizar son  la intuición y azar. Propongo un nuevo habitar esta contemporaneidad. Despertarnos  frente al mundo sensible. Tomar conciencia de la existencia como parte de este mundo, darnos cuenta que no estamos solos frente a esta  realidad. Habitar el aquí y ahora. No ser indiferente. Poblar de sentido lo que me rodea. La intuición y el azar como características de una subjetividad contemporánea no anestesiada.

Las palabras sirven para expresar ideas, pensamientos, sentimientos. Sirven para dialogar, para hacer planes, para transmitir conocimientos,  para luchar y para sanar, para hacer reír y también llorar. Hay palabras que alejan y otras que acercan. Hay palabras que aclaran y hay palabras que confunden. Hay palabras que se las lleva el viento, pero hay otras que te hacen volar.

Mi propuesta consistía en: tomar un libro  y abrir una página al azar. Elegir una palabra. Estampar la palabra sobre  una tesela de arcilla. Y así sucesivamente. Posteriormente voy a hornee las teselas y las coloque en una caja para poder tomar al azar palabras, combinarlas y formar una frase.